En la práctica de los blues, se ha tratado principalmente el tema de la integración, donde se veía que los habitantes de la Tierra discriminaban a los niños blues por tener un color de piel diferente. Esto ocurre día a día continuamente, tanto por el color de la piel, como por otros aspectos, desde llevar gafas, hasta tener una constitución más fuerte. Los niños, tienden a buscar diferencias entre unos y otros, y si se les da demasiada importancia a estos hechos, tanto por parte de los padres, como de los educadores, podría llegar a convertirse en un problema.
Estos temas, se deberían tratar con naturalidad, para que a los menores (principalmente) no les influya de manera negativa, es decir, se debería ayudar a los niños a comprender que su compañero no es tan diferente como piensa, sino que es de distinto tono de piel, altura, idioma, etc., pero haciéndoles ver que pueden aprender unos de otros.
Por otra parte, a raíz de las actividades que se han realizado en clase a partir del cuento de los blues, nos hemos dado cuenta de algunos aspectos que deberíamos mejorar. A los niños, se les debería dejar tener más iniciativa propia, es decir, si vas a realizar una actividad con ellos, no tienes siempre que explicársela antes, sino que puedes preguntarles qué se les ocurre, o qué les gustaría hacer, para dejarles la libertad de expresarse y opinar. Esta es una manera de que se impliquen más, sin darles todo hecho, participen, sean más creativos, y se sientan parte de su propio proceso de aprendizaje.
De esta manera, si intentamos que los niños aprendan a ser más autónomos desde la primera edad, y se acepten unos a otros por igual, esto no supondrá un problema de integración en un futuro, siempre y cuando los educadores y los padres sepan transmitir unos valores acertados y traten estos temas con la mayor naturalidad posible.
"Si tú nos educas igual, seremos iguales".
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